Tu puedes cambiar la realidad

Tu puedes cambiar la realidad

martes, 23 de noviembre de 2010

Construir nuestra propia pirámide

Hace 5,000 años los egipcios construyeron las grandes pirámides de Guiza. A nosotros nos parece imposible que lo hicieran pues aún hoy no sabemos cómo las construyeron con la poca tecnología de la que disponían. Sin embargo, lo hicieron, lo consiguieron aunque parecía imposible.

Quizá fue la ignorancia de que era imposible lo que hizo que consiguieran su objetivo. ¿Qué quiere esto decir? Que no sabían que era imposible, de hecho en su mente y su planificación esta palabra no tenía lugar. Querían llegar a un objetivo y no se dieron por vencidos.

Lo mismo les pasó a los supervivientes del accidente aéreo en los Andes. Cuando Roberto Canessa y Fernando Parrado cruzaron las montañas para buscar ayuda no sabían que era imposible lo que estaban haciendo, pues estaban a muchos kilómetros del pueblo más cercano, rodeados de nieve y montañas. Ellos creían estar cerca de los valles verdes. Se marcaron el objetivo de encontrar ayuda que rescatara a sus compañeros y nunca se rindieron. Su actitud era positiva hacia la posibilidad de conseguir lo que se habían propuesto. La palabra imposible no estaba en su mente.
Hoy día nosotros, la humanidad, está construyendo su propia pirámide y cruzando sus propias montañas. Tenemos el objetivo de crear un mundo mejor, un mundo donde todos podamos tener la posibilidad de una vida digna. Y tenemos una ventaja sobre los casos anteriores: tenemos la tecnología y los medios suficientes para hacerlo. Por lo que sólo los falta una cosa: QUERER. Si queremos realmente lo conseguiremos. Si cada uno se marca el objetivo, lo conseguiremos. Si tenemos una actitud positiva ante ello, lo conseguiremos.

Sólo son necesarias pequeñas acciones en nuestra vida. Porque nosotros somos los jefes y podemos cambiar el mundo.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Tu puedes cambiar la realidad

Cuando oímos o vemos imágenes sobre el cambio climático, el hambre o las guerras podemos pensar:

- Jolín estos políticos, mírales que no hacen nada para evitarlo, lo unico que hacen es robar y cobrar sueldos astronomicos. Estos sí que son terroristas!
- Jolín estos millonarios, con todo el dinero que tienen y no dan ningún dinero para ayudarles. 

O quizá uno se pregunte qué puede hacer para ayudar a los que han perdido todo por un terremoto o unas inundaciones a miles de kilómetros de nuestra casa. Y quizá en ese momento veamos uno de los anuncios de las ONG que piden que te hagas socios para mandarles alimentos, agua y refugio.

Pero, ¿eso es todo?

En el mundo de hoy donde la globalización nos permite estar conectados, donde todos nos hemos visto, TODOS, expuestos a una crisis. Por primera vez quizá en la historia, TODOS hemos sufrido las consecuencias de un mismo fenómeno. TODOS los seres humanos estamos sintiendo en nuestro día a día los efectos de la crisis financiera.

Por tanto, si estamos conectados ante este fenómeno, que en principio podemos ver como negativo, también estamos conectados para lo positivo. Las acciones buenas también expanden sus efectos en todos los rincones. Pero quizá no se presente como un gran acontecimiento, un estruendo o una sacudida que hace templar la tierra en muchos kilómetros.

Quizá lo Bueno es la suma de pequeños actos buenos que hacemos cada día y que son muy sencillos. Lo Bueno no es algo gigante que deslumbra y aparece en todos los medios. Sino que quizá es algo pequeñito que se va sumando poco a poco.
Por ello en la mano de cada uno está ayudar a los que sufren en los países empobrecidos y a los que sufren en la puerta de nuestra casa. Porque tanto cerca como lejos hay personas que necesitan nuestro cariño, respeto, compañía, sonrisa o ayuda. Necesitan, en realidad, cosas sencillas por lo que la solución es también sencilla.

El parado, quizá lo que necesita es oir un "sí, yo confío en ti y se que vales".
El indigente quizá lo que necesita es que le mires a los ojos, le des los buenos días y notes su presencia en la calle.
El enfermo quizá lo que necesita es que le escuches y comprendas en su enfermedad.
El que está solo, quizá sólo necesita un abrazo y un "sí, te entiendo".

Y estas son cosas simples que todos podemos hacer, que no nos cuesta tanto y dan gran satisfacción personal además de expandir lo bueno por todos los rincones.

Por eso, todos somos jefes y podemos cambiar la realidad. En nuestra mano está expandir lo bueno. Si cada uno hacemos lo bueno que está en nuestra mano, construimos un mundo donde la vida será más agradable.