Tu puedes cambiar la realidad

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miércoles, 1 de diciembre de 2010

Lo Bueno significa ser responsables

Cuando me he referido a lo Bueno con mayúscula quizá alguien piense es que es un idealismo. No falta razón pues determinar qué es Bueno y que es Malo es una cuestión que llevamos dilucidando desde que Sócrates dialogaba con la gente por las calles de Atenas y todavía no se ha resuelto.

Con Bueno quiero referirme a hacernos responsables de las consecuencias de nuestros actos. Asumir la responsabilidad de aquello que hacemos ante aquellos a los que afectan nuestros actos. Todo lo que hacemos tiene unas consecuencias y escudarse en que no se conocen no es posible pues, como bien indica uno de los principios más importantes del Derecho, el desconocimiento de la norma no exime de su cumplimiento. Lo que trasladado a nuestro caso puede traducirse como: el desconocimiento de las consecuencias no exime de la responsabilidad de mis actos.

Conocer la responsabilidad de mis actos es más sencillo de lo que parece en un primer momento. Hay que ser realistas y ser conscientes de que no puede conocerse todos los efectos pero sí algunos. Y los que nos interesan en este Siglo XXI que ya cumple una década, son los efectos medioambientales y sociales.

En siglos pasados nos han importado los efectos de nuestros actos sobre nuestra reputación, sobre el buen nombre de nuestra familia/clan, sobre la imagen que los demás tienen de nosotros o sobre nuestra cuenta bancaria. Y ya sabemos cuáles han sido las consecuencias de esto. La más actual, la crisis en la que estamos sumidos y de la que todos hablamos. Entre otras muchas consecuencias, son especialmente hirientes la pobreza de un tercio de la humanidad, las 8.000 personas que mueren al día por enfermedades curables o los 4.500 niños que mueren al año por falta de acceso a agua potable. Y todavía más hiriente es que estas cifras sigan aumentando. Y más hiriente aún que no hagamos todo lo posible por erradicarlo.

Este blog invita a conocer las consecuencias que nuestros actos del día a día tienen sobre las injusticias globales. Estas injusticias son el resultado de una resta muy sencilla:
1 acción mía
- 1 acción tuya
- 1 acción de tu hermano
- 1 acción de tu padre
- 1 acción de tu madre
- el resto de las personas
= injusticias globales.

Y os preguntareis, “claro, pero si resta es que algo había antes y se lo estamos quitando”. Lo que había antes es la dignidad humana con la que nacemos todos y que nos dañan poco a poco cuando somos víctimas de estas injusticias. Por ello, invito sobre todo a cambiar estos actos y convertirlos en sumas, en el sumando de todos nosotros por realizar acciones que contribuyan a hacer de este mundo un lugar donde todos podamos vivir con nuestra dignidad intacta.

Porque todos somos jefes y, por tanto, responsables de aquello que hacemos. Cada uno de nosotros somos imprescindibles para el cambio.